Fue la sublimación máxima que haya sentido nunca en un estadio. Me acompañaban todos. Peruanos todos: pitucos, humildes, con banderas, chalinas y mentadas de madre. Cosas que nunca deben faltar a la hora de alentar a la selección. Y claro, siempre una desubicada con Blackberry.
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Nunca antes había sentido este maravilloso sentimiento, me encanta como funciona la masa de gente sobre uno y la de uno sobre todos.
Realmente me encantó ver la cara y el silencio del rival hasta el minuto 93, cuando nos metieron el gol del desempate xD
Aunque hayamos perdido, sentí que hasta el minuto 92 nos habíamos adueñado del partido. Y lo saben! solo que no lo quieren admitir :)
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